Te puedes sentar en la butaca y ver cómo van pasando cosas sin aburrirte pero, a la vez, sabiendo que a Fernando Tejero se le va a saltar la pinza de un momento a otro y la va a liar.
En plan de denuncia contra la especulación inmobiliaria, pero sencilla como el mecanismo de un chupete.
Diálogos muy pobres. Aunque eso es casi una tónica de los guiones españoles.
Y si me dicen que está hecha en los años 70 me lo creo.
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