
Shojiro, el hermano que ha estado fuera de casa durante un año, trabajando, regresa para el aniversario de la muerte del padre. Y se entera de que el resto de los hermanos no han tratado del todo bien a la madre y a la hermana soltera. La reacción de Shojiro es directa y totalmente inesperada. Nada de reverencias y diplomacias y suavidades. El tío dice las verdades como puños y se queda tan ancho.
Cada vez que veo algo de Ozu entiendo por qué es uno de los grandes y sigo sin entender cómo algo tan sencillo atrapa de tal manera.
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