2/3/13

Un asunto real

El estilo es el de, por ejemplo, Orgullo y prejuicio, de época, colorista, vestuarios emperifollados, ambiente. Lo que cuenta discurre en plan realista, cosa que no debe extrañar ya que viene de Zentropa, la productora de Lars von Trier.
En mi opinión, ambas cosas no encajan bien.
Las escenas son demasiado morosas. La evolución de los personajes, demasiado rápida. Estás en una alargada cena y en la siguiente escena el rey y la reina no se pueden ni ver. Estás en un hospital mezquino y en la siguiente escena el médico es amigo íntimo del rey.
Así que me pregunté por qué se encontraba en el quinteto de películas extranjeras nominadas al Oscar. No está mal. Pero los defectos señalados y su dirección académica no aportan gran cosa.
Mi teoría es que los americanos se encuentran a gusto con los clichés históricos. El rey, que era esquizofrénico, es presentado como una parodia; la reina una mujer de ideas claras que quiere la libertad del pueblo; el amante es justo lo que ella necesita. Los nobles son malos, el pueblo llano es bueno. Los campos muy verdes, las ciudades muy grises.
No me aburrió en exceso, pero me alivió que terminara.

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