Científicos
noruegos descubren la miniaturización celular. Ahora mucha gente quiere
encogerse de tamaño. Muchas ventajas: menos consumo, menos gasto, ahorro… Te
vale una maqueta para vivir, un diorama es una ciudad.
La
película es un esfuerzo imaginativo bastante considerable, atención a los
detalles, a pequeñas anécdotas, a grandes consecuencias.
Y
es también, obvio, un gran esfuerzo para equilibrar escalas.
Lo
que cuenta es sencillo. La felicidad no depende de cosas exteriores. Sólo
importa el aquí y ahora, sin preocuparse del futuro, no hay una humanidad
abstracta. Existen las personas concretas, las que tienes al lado. Lo demás son
quimeras.
Me
interesó por sus imprevisibles giros de guión, poco frecuentes en una peli
americana. Nunca sabes hacia dónde se dirige. Sospecho que por eso no triunfó.
Descoloca a un público acostumbrado a los clichés. Pero también me interesó por
personajes tan fabulosos como el de la vietnamita (Hong Chau). Enorme.
Divertida,
pero con bastante más fondo del que aparenta.
Matt Damon de protagonista,
acompañado por Christoph Waltz y con apariciones de Kristen Wiig,
Neil Patrick Harris, Laura Dern… Una rareza de Alexander Payne
que no acaba de encontrar del todo el tono, pero que siempre resulta sugerente.
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