He
leído bastantes críticas negativas fundamentadas en las expectativas: pensando
en Intocable. Pero Olivier
Nakache y Éric Toledano no pretenden construir otra comedia desatada
y loca.
La
película tiene un punto de partida muy original: una boda. Ya, ya sé. Eso no es
original. Pero la contemplan desde el otro lado: cocineros, camareros,
lavaplatos, cantantes, músicos, fotógrafos, floristas, pirotécnicos… Una
historia coral donde lo sorprendente es que la trama no se caiga en ningún
momento, que cada personaje esté dibujado concienzudamente, que tengan
personalidad propia y que acabemos por quererlos cada uno con su peculiaridad.
Son
las personas ocultas que tratan (tratan, ojo) de que todo salga bien. Porque
son gente con muchos defectos y la pifian. Pero también tienen recursos y lo
reparan con iniciativa como buenamente pueden. Cuando la cosa se va al garete
sólo hay una solución:
-Nos
adaptamos.
Bacri es el organizador del
evento y está espléndido haciendo malabares para coordinar. Con inmigrantes,
con gente que cobra en negro, con currantes de las más variadas condiciones. Y
logra el milagro imposible: que sean un equipo. Es la vida:
-Nos
adaptamos.
Por
eso, el título original, Le sens de la
fête (El significado de la fiesta), es mucho mejor.
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