11/6/16

Si Dios quiere

Prestigioso cardiólogo, ateo orgulloso de serlo y con menos tacto que una lija. Su mujer levanta vidrio a escondidas. La hija mayor, casada, es más simple que una ameba y el hijo, Andrea… Bueno, Andrea reúne a la familia para comunicarles algo importante. La familia se prepara para escucharle decir que es gay. Pero no. Es mucho peor.
Y esa decisión comienza a disgregar a la familia. O tal vez no. Tal vez, simplemente, les está obligando a madurar a todos.
No es la historia del hijo. Es la del padre. Cómo pasa de ser un capullo a descubrir la amabilidad, la amistad (¡con un cura!), la tolerancia con las ideas ajenas. Empieza a construirse como mejor persona.
Hay dos giros de guión verdaderamente inesperados. Un riesgo notable para una comedia. Y eso son muchos puntos a su favor. Y aún más valiente el final.
No es tan graciosa como Dios mío, ¿pero qué te hemos hecho? porque también busca ser más realista, con un puntín de drama y menos surrealista. Pero tiene grandes momentos. Hay detalles geniales (la criada peruana con el mandil de la URSS, la hermana poniéndose al día con Jesús de Nazaret de Zefirelli…) y escenas que llegan al absurdo (la casa falsa del detective).
Con el yerno me parto el bazo. Menudo personaje.
-Tú haces del hermano retrasado. No deberías tener problemas.

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