Noruega desarrolla una nueva fuente de
energía a partir del torio y, por tanto, deja de producir gas y petróleo.
Rusia, para garantizar el suministro de Europa durante la reestructuración,
ocupa amablemente Noruega con el
beneplácito de la UE.
Una serie polémica. Y lo sabe. Y sabiéndolo
pone toda la carne en el asador. Sitúa la acción en un futuro inmediato y por
tanto, sus críticas a Rusia, a Estados Unidos, a la Uninón Europea, al
pacifismo, a los intereses económicos creados por la energía son plenamente
actuales.
10 capítulos. 9 meses en la escalada del
conflicto. Personajes con diversas motivaciones y reacciones: resistencia,
infiltración, colaboración, fingida cooperación… Sin simplificaciones. Es
difícil (imposible) evaluar moralmente los actos de cada uno de ellos. Hay
motivos o no. La balanza está totalmente equilibrada. El Primer Ministro, la
jefa de Defensa, un agente de Defensa, un periodista, la dueña de un
restaurante frente a la embajada rusa, la embajadora rusa…
No es una serie realmente grande. Pero es
sugerente, arriesgada. Recuerda al reciente conflicto de Ucrania. Se implica y
toma distancia. Tiene el valor de mostrar temas candentes y de observarlos
imparcialmente, sin juzgar a sus personajes.
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