18/5/12

La sombra de la traición

Una de espías con muchas vueltas y revueltas.
Hacía 20 años que Cassius, agente soviético, no mataba a nadie. Pero ahora ha vuelto cargándose a un senador. Paul (Richard Gere) ya está retirado, pero fue quien se encargó del caso Cassius y le sacan del retiro.
Como la peli tiene muchos giros de guión empiezan a dar vueltas a la tortilla enseguida. Y así nos enteramos de un secreto gordísimo.
Pero ahí no acaba la cosa. A la peli le queda mucha mecha y llega un momento en que te planteas si habrá algún agente de la CIA en la CIA, si es posible que todos los agentes de la CIA sean de la KGB (o lo que haya ahora). Y empiezas a pensar que, si hablasen entre sí y se pusiesen de acuerdo, se darían cuenta de que ya tienen a Estados Unidos en sus manos. Pero, claro, como los espías espían a espías, a lo mejor resulta que los de la KGB (o lo que sea ahora) se han pasado a la CIA sin darse cuenta.
Aparece por ahí, como jefecillo del cotarro Martin Sheen. Lo mejor de la peli es un chiste con vuelta y revuelta, en el momento en que se está tomando un café y mira la Casa Blanca y dice:
-Nunca me gustó el café que hacían allí.
Qué majo.

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