
Película deportiva. Difícil hacer algo bueno. Por suerte para ella el guión es de Aaron Sorkin. Y me enganchó. Tiene solidez, suspense. La historia de un tipo, Billy Beane (Brad Pitt), gerente de un equipo de mala muerte, con un presupuesto ridículo, que contrata a un gordito recién licenciado en Economía en Yale, un tal Peter Brand (Jonah Hill), que ha diseñado un programa de estadística para el fichaje de jugadores. Y en un año ambos cambian el béisbol: la forma de jugar, su filosofía, el negocio, los conceptos.
En pequeños papeles están Philip Seymour Hoffman, Robin Wright y Chris Pratt (el tontaina de Parks and Recreation en un papel bien distinto).
Tal como son los americanos, no me extrañaría que se llevara el Oscar. Aquí no nos dirá mucho, pero no sólo se deja de ver, sino que tiene numerosas cosas sugerentes.
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