Es
un error filmar esta serie de esta manera, como si fuese un documental. Limita
mucho. Y se nota que es falso, que algunas tomas son imposibles y, otras, no
podrían existir. Y tanta cámara al hombro resulta mareante.
Le
veía potencial desde un punto de vista subjetivo. Me gustan esas aventuras
selváticas, llenas de misterios y magia y cosas imposibles. En un siglo tan
racional como el nuestro, hay un lugar inexplorado en el que cualquier cosa
puede pasar. La vertiente del terror no me atrae.Los personajes me parecen buenos. Sin ser bichos raros (salvo Jahel Valenzuela, claro) tampoco son clichés. Veremos si evolucionan. Problema a la vista: que se convierta en capítulos autoconclusivos y se avance poco en la trama general.
Hay otras cosas que chocan bastante y con las que deberían haber tenido un poco más de cuidado. Como ese árbol de los espíritus en el que los nativos cuelgan muñecas. Si a ellos les funciona para quedarse tranquilos, está bien. Pero no está tan bien que, en un lugar nunca explorado, sean muñecas de Toys R'Us.
Entramos en la Boiúna. Qué miedo.
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