Es imposible que ese tintero se resquebraje y vierta la tinta, que ese lago helado se rompa y un niño muera, que en ese cuadro de la Virgen se rompan los lacrimales y llore, que el ordenador se encienda y comunique que está listo.
Y ahí anda Kieslowski. Buscando el sentido de la vida: amarás a Dios sobre todas las cosas.
Al final queda el agua bendita congelada. Tan congelada como la imagen del niño en la televisión.
2 comentarios:
has seguido viendo?
Claro.
Iré escribiendo
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