Proyecto Dos, por supuesto, es muy inferior a lo que se pretendía lograr. Al mismo tiempo, es menos decepcionante de lo que cabía esperar. Está claro que al director le habría gustado hacer más y mejor. Pero logra entretener al espectador porque el planteamiento y gran parte del desarrollo mantienen adecuadamente la tensión.
Por otra parte tiene su gracia ver a Lucía Jiménez en plan James Bond, tirando de artes marciales y conduciendo a ritmo de derrape.
No voy a ir por ahí recomendándola a diestro y siniestro pero, mientras duró, me lo pasé bien.
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