Pozos de ambición es una película barroca. Es barroca cuando exagera en explosiones de ira y es barroca cuando fotografía la sobriedad de paisajes pedregosos. Es barroca en su música estridente y persistente. Es barroca en los sentimientos.
Supongo que es ese barroquismo lo que no acaba de encajar con sus aspiraciones de epopeya clásica. Buscaba algo de Ciudadano Kane, de Lo que el viento se llevó. Hasta algo de Falcon Crest.
Le falta, en alguna parte, un algo, un qué, una cosa, que la convierta en algo imperecedero. Creo que no lo han encontrado.
De todos modos hacía mucho, mucho tiempo, que no se me pasaban dos horas y media de película sin mirar al reloj. Ni Harry Potter.
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