-El destino es el
resultado de nuestra necedad.
Ove es un cascarrabias
y un estricto seguidor de las leyes. Tiene 59 años. Recientemente viudo.
Recientemente prejubilado. No queda más remedio que arreglarse, ponerse el
traje y suicidarse. Pero no hay manera. Una familia iraní se instala a su lado
y no le dejan suicidarse tranquilo. Siempre hay alguien en alguna parte que
quiere algo de él. Y Ove les ayuda.
Eso impide su suicidio
una y otra vez porque algunas de esas tareas llevan tiempo. Y él no va a dejar
las cosas a medias. Y así el espectador va descubriendo nuevas facetas en la
vida de Ove hasta construir su personalidad completa.
Hay escenas muy
divertidas. La cita en el restaurante en la que se pone a hablar de motores de
coches, el proyecto de tirarse al tren, las clases de conducir, la enemistad
con Rune por la marca de los coches…
Una de esas pelis que
destila humanidad a chorros. Te sientas, disfrutas, esperas con placer la
siguiente anécdota (triste o alegre, da igual) y te importa poco si dura dos
horas o doce.
Qué bonita esa escena
en la que Parvaneh logra que Ove se ría. Qué maja esa mujer.
Qué fuerte el accidente
de Sonja. Qué bien narrado.
Una gran película sobre
un hombre con el corazón demasiado grande.
Ese viaje a Mallorca:
-Descubrí que los
españoles tenían mucho que aprender sobre normativa de construcción.
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