Hoy todo el mundo juega a La vida de Iván Drago, el mejor juego
del mundo. Pero Iván Drago existió y él mismo lo inventó basándose en su vida.
Esta película tenía un potencial enorme. Hay
imaginación (el colegio que se hunde progresivamente y al que le van añadiendo
pisos), ocurrencias (el profesor que escribe ininterrumpidamente en la
pizarra), misterios (la niña que vive entre las paredes, el abuelo de Iván y el
señor Morodian)…
Juan Pablo Buscarini se basa en una novela de Pablo de Santis con la que Tim Burton
se habría vuelto loco. Tim Burton contaría con más medios para otorgarle
el nivel de producción adecuado. Auguro que, con el tiempo, Tim Burton
querrá hacer un remake.
Sí, a la película le falta manufactura. Hay
cosas que quedan un tanto cutres, demasiado cartón-piedra.
Esa contradicción, una historia muy
imaginativa y una puesta en escena simplona, le hace perder méritos. Pese a
todo resulta bastante atractiva, especialmente para los niños, pero no
solamente para ellos.
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