La hija del mayor empresario danés es
secuestrada; el fiscal general es colgado del juzgado; tres guardias de
seguridad de un mercante son asesinados.
Crisis, sindicatos, conexiones políticas y
Sarah Lund, por supuesto, en mitad de todo el tinglado, a su ritmo, a su aire,
a veces dando palos de ciego, pero siempre constante e implacable.
Es curiosa la interacción entre Forbrydelsen y su versión americana The Killing. La tercera de The Killing toma el potente final de
la tercera de Forbrydelsen. Y
la tercera de Forbrydelsen
toma muchas cosas de la primera de The
Killing.
Algunos ven ambas series como rivales, como
cosas enfrentadas, como si fuese necesario escoger entre una u otra. Pero más
bien se enriquecen mutuamente aunque sus estilos sean bien distintos.
Creo que la idea del secuestro de un niño, además de
muy trillada, es manipuladora en sí. Pero la investigación de Lund está muy
bien trazada.
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