El
cine de Guédiguian no me gusta por
las mismas razones que no me gusta el de Ken
Loach. No hacen cine social sino ideológico. Pero a veces... Bueno, algunas
veces logran quitarse de encima, casi por completo, el peso de la ideología
para quedarse con las ideas.La vida de un sindicalista que tiene que prejubilarse. Comienza una nueva vida, tranquila, con su esposa, hijos, nietos, amigos. Y a la media hora ese giro de guión. Me encanta ese giro de guión. Tan rudo, tan inesperado. Un giro de guión que pone patas arriba el mundo de Michel y Marie-Claire, el de los cuñados, hijos...
Y sus consecuencias.
Y ese cómic de Spider-Man que pasa de mano en mano y que simboliza tantísimas cosas. O ese Kyrie tan oportuno. O ese repaso en la playa a gacelas, leonas sedientas, antílopes, hipopótamos.
Pensándolo bien es una historia similar a la de El Havre, desde una óptica más comprometida.
Un cuento moderno sobre los tiempos de crisis que corren para cualquiera que tenga corazoncito.
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