El
cine de Guédiguian no me gusta por
las mismas razones que no me gusta el de Ken
Loach. No hacen cine social sino ideológico. Pero a veces... Bueno, algunas
veces logran quitarse de encima, casi por completo, el peso de la ideología
para quedarse con las ideas.
Y
salen películas tan fascinantes como ésta. Una emocionante galería de
personajes llenos de vida y autenticidad. Con sus dos actores habituales. Impresionante
Ariane Ascaride como Marie-Claire,
impresionante Jean-Pierre Darrousin
como Michel. Fabulosos los secundarios con tanta credibilidad como ellos. Hasta
el barman... En fin, el mejor camarero del mundo. Marie Brizard o Metaxa.
La vida o el amor.La vida de un sindicalista que tiene que prejubilarse. Comienza una nueva vida, tranquila, con su esposa, hijos, nietos, amigos. Y a la media hora ese giro de guión. Me encanta ese giro de guión. Tan rudo, tan inesperado. Un giro de guión que pone patas arriba el mundo de Michel y Marie-Claire, el de los cuñados, hijos...
Y sus consecuencias.
Y ese cómic de Spider-Man que pasa de mano en mano y que simboliza tantísimas cosas. O ese Kyrie tan oportuno. O ese repaso en la playa a gacelas, leonas sedientas, antílopes, hipopótamos.
Pensándolo bien es una historia similar a la de El Havre, desde una óptica más comprometida.
Un cuento moderno sobre los tiempos de crisis que corren para cualquiera que tenga corazoncito.
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