Me cuesta evaluar estas películas. Es una historia sencilla. Pero hace falta tanto trabajo y esfuerzo para contar una cosa sencilla, equilibrada, cabal. Están equilibrados los géneros (comedia, drama, superación personal y deportiva) y están equilibrados los personajes (principales y secundarios) con un desarrollo milimétrico y preciso.
Es una de esas historias que no te conmociona pero que contemplas sin despegar los ojos. Y, cuando acaba, te gustaría que siguiera contándote cosas comunes y cotidianas.
Al final, el título parece contradictorio. Todos pierden. Hasta que lo piensas un poquito y sí, es verdad, todos han ganado un poco en humanidad, en cariño, en aprecio por los demás.
Y lo piensas un poco más, con calma y, entonces, madre mía, qué bien escrito está.
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