Pero ahí está: ¿qué más pedirle a una peli de aventuras? Es entretenida, los 140 minutos se pasan en un suspiro, tiene acción, es divertida, hay buenos diálogos y la producción es impecable.
Por cierto. Sé de alguno que, no hace muchas semanas, hizo arrumacos a Águila Roja justificando lo injustificable. Y ahora pone peros, busca tres pies al gato, a Piratas del Caribe. Por favor: que se haga el nudo de la propia cuerda que le ahorcará.
El esquema es el mismo: gente que miente a gente, se alía y se traiciona para lograr llegar a la Fuente de la Juventud. Y, como todo el mundo miente, Angélica les engaña diciéndoles la verdad. Y un final en plan Indiana Jones y la última cruzada. Intrascendente. Un juguete. Vaaale. Pero me lo pasé bien. Con ganas de poner rumbo a Tortuga.
Y si me preguntas por qué no aproveché las aguas de la Fuente de la Juventud te diré con Jack Sparrow:
-Yo no tengo ni voz ni voto. Mi vida es la de un pirata.
Por supuesto, no puedes perderte la secuencia tras los títulos de crédito: muy graciosa Pé, la hija del mismísimo Barbanegra.
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