
Supongo que la clave está en las suposiciones. Que los que suponen, a su modo, les han empujado a ser amigos. Que mientras los demás les juzgan ellos no lo hacen.
Muy flojita la peli. Como si Jodie Foster la hubiese hecho, simplemente, para demostrar su amistad con Mel Gibson. Entre caña y caña rodamos unas tomas, ¿vale?
Mira que la peli tiene grandes ocasiones de aprovechar elementos de comedia y drama. Pero Foster se contiene y autolimita. Los grandes momentazos que podía deparar los deja en apuntes: los dos giros principales de la acción podrían haber tenido una fuerza fabulosa.
En fin. El castor es la metáfora de algo pero no sé de qué. O quizá es que es demasiado obvia.
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