Nunca
conseguiré entender a Luc Besson.
Tiene medios, capacidad e imaginación para hacer una buena película. Pero, temo
decirlo, no la hace porque no quiere.
Véase
Adele
y el misterio de la momia. A su alcance estaban todos los elementos
para construir una trama de Indiana
Jones en versión femenina y en el siglo XIX. En Arthur 3 podía haber
construido una simbiosis elegante entre Cariño, he encogido a los niños, Pequeños
guerreros y Toy Story. La destrucción de la ciudad, las muchas ideas con
los juguetes como medios de transporte, los insectos gigantes... Todo eso
carece de fuerza, de tensión, de atractivo.Luc Besson es como un niño caprichoso al que le dan un juguete caro y lo destroza porque cree que eso es más divertido. Y sólo le hace gracia a él.
Está bien el diseño de los dibujitos, la integración con el mundo real y, hasta cierto punto, los golpes de humor, las confusiones. Pero es un pesado, caray. No sabe cuándo una broma deja de ser divertida y empieza a ser un tostón.
Lástima. Sólo apta para menores de 7 años.
No hay comentarios:
Publicar un comentario