Tanto oír hablar de la séptima temporada, es genial la séptima, tienes que ver la séptima, acabé por sentarme ante ella.
La caja de los pecados.
Una compleja partida de ajedrez jugada por locos psicópatas.
En una serie caracterizada por el ruido, la violencia, los tiroteos, la furia continua, el último capítulo es un prodigio por sus silencios. Silencios trágicos, desesperados, arrepentidos... sagrados (los polis en casa de Shane, qué escena).
Gran personaje el de Victor Samuel MacKey, desde luego. Complejísimo. Pero me llama la atención que hayan sabido hacer dos personajes atractivos, majetes. Dos personajes buenos con un gran impacto: la capitana Claudette Wyms y el detective Holland Wagenbach.
Pues sí. Un gran final, un gran cierre.
Me gusta que la hija mayor de Mackey sea su hija en la vida real. Desde luego se parecen un montón.
2 comentarios:
Es un grandísimo cierre. Lo más tremendo, la despedida de Shane.
Estaba claro que lo de Shane no iba a acabar bien. Pero no podía acabar peor. Insisto: me encanta ese silencio que se produce.
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