La obsesión es algo que se me escapa.
No dejan de llamarme la atención sucesos como el de Sara Casasnovas. No sé. ¿Hay quien cree que las películas son verdad, que los interpretes no interpretan? ¿Creen que al abandonar el escenario o el plató no recobran su verdadera personalidad? ¿Qué diantres le mueve a un tipo a dar el salto que rompe las fronteras entre realidad y ficción?
Y, sobre todo, ¿qué esperan encontrar?
La pobre Sara Casasnovas me ha hecho recordar el atentado a Ronald Reagan para llamar la atención de Jodie Foster y a aquel otro pirado que apuñaló a Monica Seles (en directo) para que Steffi Graff volviese a ser la número uno.
En fin. La cárcel nunca es virtual.
Bienvenido al mundo real.
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