Esto es así, hasta que alguien brillante coge el género de terror y decide lo contrario: no usar banda sonora. Música cero. Creo que Hitchcock se la jugó mucho al tomar esta decisión para Los pájaros. Piidos, graznidos y batir de alas sustituyen a la música en los momentos en que atacan los pájaros. Y el resto del tiempo, nada. Eso crea una atmósfera tan extraña que acaba por incomodar.
Sólo hay un momento en que se oye cantar a los niños de la escuela, mientras Tippi Hedren se fuma un pitillo y los cuervos se aglomeran a sus espaldas. Pero es música interna. Hasta los títulos de crédito son una jerigonza de batir de alas y graznidos.
Cuando algunos dicen que Hitchcock se adelantó a su tiempo, yo pienso que, en algunas cosas, todavía no le hemos alcanzado.
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