Creo que se alabó demasiado a la película sin que se le pueda quitar ni uno sólo de los halagos que se dirigieron hacia Forest Whitaker. Sin gritos, aspavientos ni histrionismos logra ofrecer un personaje de carácter complejo. En ningún momento llegaremos a conocer mejor al descerebrado de Idi Amin. La actuación de Whitaker expresa actos y deja el misterio.
Lo mejor de todo es que Idi Amin da más miedo cuando se muestra amable que cuando está cabreado. Un justificado Oscar.
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