12/7/12

La delicadeza

Una película sorprendentemente normal.
Una romántica del montón.
Una de esas que los franceses te venden como si fuese la repanocha, el rien ne va plus, como si fuese cine inteligente, como si fuese americana pero con el sello de la profundidad europea.
Pero no. Es otra en la que Audrey Tatou sigue viviendo de las rentas de Amélie, el cebo que no falla. Y ya está bien, chica. Diste el pelotazo, pero ya está bien.
Ni suficientemente liviana para ser comedia, ni suficientemente intensa para ser drama, ni tan hábil como para que el título haga honor.
Tiene algunas buenas escenas y algún que otro gag curioso. Es extrañamente ingeniosa a la hora de elaborar la transición entre algunos planos. No aburre pero no emociona. Creo que sobra la primera media hora (noviazgo, matrimonio, viudedad). Yo habría empezado a saco, en el momento tras el funeral, porque si lo piensas un poco, toda la historia con François no aporta nada a la trama posterior.
En una cosa sí estamos de acuerdo: no hay nada más siniestro que el café descafeinado.

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