
Luego viene la parte de Israel-Ucrania a finales de los 90. Vete tú a saber por qué, alguien tenía interés especial en que la peli durase menos de dos horas. La cosa se muestra atropellada, confusa, deslavazada. Y es una pena porque es la parte de Helen Mirren.
Y Sarah escribiendo un libro para contar la verdad. Lo que ella, pobre, cree que es la verdad.
El conjunto me resultó satisfactorio, solidísimo en ocasiones, pero podía haber sido muchísimo más de haber cuidado mejor la segunda parte.
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