Además me encanta la planificación. Hay elegantes planos largos, utilizando elementos horizontales como ejes bien centrados, muy simétricos: las calles del estudio, el embarcadero... O ese otro de la pecera con chuches. O la casa de Catherine Keener. O el hotel. O el plató secreto donde se supone que Al Pacino esconde a Simone.
El defectillo de la peli es la narrativa tan previsible: Al Pacino superado por su criatura, cómo deshacerse de ella, intriga policiaca, final feliz...
Aunque lo que más me gustaría sería ver una película filmada por el supuesto Viktor Taransky o, aún mejor, la película dirigida por Simone: esa mujer vestida de novia, hozando en la pocilga, es tan asquerosa, tan digna de Lars von Trier...
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