Año 2003. Si te acuerdas, Ewan McGregor fue, en La Guerra de las Galaxias, Obi-Wan Kenobi, pero ahora sólo es un periodista escéptico. Cree que los soldados de la Nueva Tierra no son Jedi sino que, en realidad, abusan demasiado del LSD. Acompañando a Clooney a la guerra de Irak acabará por convertirse en su discípulo.
Un planteamiento impresionante, un desarrollo demencial.
Ewan McGregor dirá:
-Ahora, más que nunca, hacen falta caballeros Jedi.
Sí. Y también buenos guionistas.
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