Antes de que empiecen los títulos de crédito ya se oyen las bombas y la primera imagen nos presenta a gente acelerada. Después, Bagdad en llamas.
Green Zone no me convence tanto como las anteriores. No es ni documental ni ficción pero sí un poco de las dos. Siendo documental debería ser más poliédrica, con más puntos de vista. Siendo ficción debería tener alguna sorpresa especial acerca de la armas de destrucción masiva.
Pero la única sorpresa es que la CIA es la buena y los burócratas los malos.
La peli es entretenida, veloz, taquicárdica, pero también efímera. Se ve que Greengrass y Matt Damon se lo pasan bien con esta clase de cine. Y me alegra volver a ver en la pantalla grande a Amy Ryan, aunque sea en un papel tan breve.
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