Sólo un chavalín, absolutamente flipado, molestaba de cuando en cuando. El tío quería saber de inmediato quiénes eran buenos y malos. Y eso, en Narnia, es difícil. Es un papel reservado a Aslan, entre otras cosas porque ésta peli no tiene tanto de bíblico como la primera y sí más de ético y existencial.
Dos horas y media que se pasaron con pasmosa agilidad. Y eso que, en su primera mitad apenas hay acción.
Dos golpes de humor que no tienen desperdicio e hicieron estallar a todo el mundo en carcajadas: el gato del castillo y Lucy, sola, al otro lado del puente, con su cuchillito, haciendo frente a todo un ejército.
Creo que, de nuevo, Narnia es gran cine para pequeños: de ése que te hace querer ver más cine, que te engancha para siempre.
2 comentarios:
Estas son las pelis que si no las veo en Navidad contigo no las veo nunca. Esta me la he perdido. Supongo qeu este año tocará Harry Potter.
Bien, ciertamente, creo que no es tu estilo. Es gran cine, cine enorme, para chavales. Aunque en esta segunda parte han mejorado el tono épico, es algo más adulta y los Pevensie se ven obligados a matar a gente.
Publicar un comentario