Y, la verdad, yo iba esperando un poco de polémica. Al fin y al cabo se supone que la película trata de cuestionar la existencia de Dios, oponerse a Las Crónicas de Narnia en su propio campo y exponer una apología del ateísmo. Si uno quiere, y sólo si quiere, puede asociar al Magisterio con la Iglesia, curvar las columnas de la plaza para que parezca el Vaticano y asociar el Polvo con el pecado original que, en opinión de Philip Pullman, es algo genial.
Lo peor de La brújula dorada es que al salir de ella tienes la misma sensación que al salir de Eragon: una pobre fantasía tirando a aburridilla. Para este viaje no hacían falta tantas alforjas publicitarias, filosóficas, religiosas y grandilocuentes.
Nicole Kidman, obviamente, lo mejor. Ambigua, misteriosa.
Puestos a escoger brújulas, me sigo quedando con la de Jack Sparrow.
3 comentarios:
Vamos, que haber puesto "Ni-cole, Ni-cole, Ni-cole!"
... qué pena, con todo el alarmismo ese que rodeaba a la peli, casi como con "El Código Da Vinci"; como que parecía que hacías algo peligroso yendo a verla!!
e: Yo sí coreé lo de Ni-cole, aunque para mis adentros. No me atrevía a iniciar la ola.
muma: "El Código da Vinci" sí es peligroso. Incluye, entre otras barbaridades, el peor flash-back de la historia del cine.
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