Creo que Beatrix Potter es el personaje adecuado para que lo encarnase Renée Zellwegger: puede dar rienda suelta a todo su repertorio de mohínes, muecas y morritos. Y, aunque me parece buena interpretación, prefiero la de Emily Watson, con su ojos recién sacados de un cómic manga, siempre magnética e intesa.
Pese a lo dicho en el primer párrafo, si no eres diabético, la película es bastante digerible. Muy acaramelada y rebosante de cursilería, sí. Pero hay momentos, planos y situaciones con bastante estilo. Una persona normal y corriente la contemplara con graciosa tolerancia. Una pija de 12 o 13 años alucinará en colores y querrá que la conviertan en serie.
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