La disfruté mucho a ratos por su apartado visual. Curiosamente, el guión no es rompedor. Al contrario, sin ser explícito, adolece de cierto tono moralizante acerca de los deseos de independencia de la adolescencia y acerca de las madres posesivas. Niña y madre se encuentran en un universo alternativo y, además, duplicadas. No deja de ser una película infantil pero casi conseguí que J. la utilizara para dar clase a sus alumnos de la Escuela de Arte Dramático.
Merecería la pena sólo por esta frase:
-Si no llevas máscara, ¿cómo sabremos tu estado de ánimo? ¿Cómo sabremos si estás triste o alegre?
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