3/8/17

El guardián invisible

Amaia estuvo aprendiendo en el FBI y volvió a Navarra con un marido americano. En Elizondo, su pueblo de origen, hay un asesino en serie. Ha matado a dos niñas cuando Amaia se hace cargo. Y pronto serán tres.
Amaia es buena a nivel racional e instintivo. Pero Elizondo es su pueblo y su instinto falla. Demasiado implicada, demasiados familiares, demasiados conocidos y amigos. Demasiados recuerdos buenos y malos. Sobre todo malos. Y secretos.
El defecto principal está en convertir el toque mágico en efectismos baratos de terror. La lectura de las cartas o el encuentro con la madre no pueden rodarse así en una película policiaca. Aquí la mezcla de géneros no funciona; se entorpecen mutuamente.
Recortar metraje, anular la atmósfera de terror (que no cuela), habría beneficiado mucho a la historia de suspense e investigación en sí.
Hay también un problema habitual en el cine español: buenos intérpretes (Marta Etura encaja con eficacia su sobrio papel) junto a intérpretes flojitos.
Lo mejor: la fotografía. Una Navarra siempre oscura, siempre gris, lluviosa. Parece sumida en una noche ártica de modo permanente. Realmente muy bonita en sus contrastes con una fogata u ocasionales tonos cálidos.

No hay comentarios: