Chris Kyle, francotirador del ejército
americano en Irak.
Igual eres un tío al que le gustan las
armas, sales de caza y tienes un carné de la Asociación del Rifle. O igual eres
un pacifista, perteneces a Greenpeace y tienes un póster de Michael Moore
en la habitación.
Da igual. La peli es muy buena. No de las
mejores de Eastwood, pero muy buena. La historia de un tipo con un
elevado sentido del patriotismo que hace lo que tiene que hacer con la
conciencia tranquila.
Ese patriotismo choca con la vida familiar.
Una esposa y dos hijos a los que apenas ve. Y choca con la realidad cotidiana,
el universo de la guerra y el universo de verdad.
En muchas cosas recuerda, inevitablemente, a En tierra hostil.
Eastwood es sobrio, la guerra
tiene su propio sentido macabro del espectáculo. Pero dirige casi con frialdad,
distante, con escenas tensas y muy bien medidas que proceden de los hechos, del
drama.
La vida y la muerte están cargadas de ironía. Y si
no que se lo digan a Chris Kyle.
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