No he conseguido saber qué pretende esta
película. La vería por segunda vez, para tratar de averiguarlo,  si no fuese tan aburrida.
Me gusta Valérie Lemercier como
actriz. Pero interpretar, escribir y dirigir a la vez le viene muy grande. 
Hay muchos temas, situaciones y personajes
que aparentan tener relevancia. Pero Lemercier salta de uno a otro, sin
cesar, sin concluir ninguno de ellos, sin que uno de ellos se convierta en
central. De muchos no vuelves a saber. 
Además, los presupuestos son incoherentes.
Adoptas un niño ruso de 7 años y ni siquiera te molestas en enseñarle el idioma. Y luego te extrañas de que el chaval no se integre y esté cabreado.
Otra de esas comedias francesas sin gracia. Y burguesa, desde luego.
Otra de esas comedias francesas sin gracia. Y burguesa, desde luego.

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