Cruce de caminos

-Si conduces como un relámpago te estrellarás como un trueno.
A Cianfrance le puse en una lista negra tras Blue Valentine. Pero me gusta conceder segundas oportunidades. Y, en este caso, hice bien.
Cruce de caminos ya no es histriónica y caprichosa. Es una película bien ponderada, con un guión equilibrado y, hasta cierto punto, sorprendente. Su estructura también es bastante singular y alcanza a justificar sus dos horas y veinte de duración.
Porque, en realidad, se trata de tres historias, unidas por un doble cruce de caminos. Primero con Ryan Gosling como el delincuente Luke, que hace lo que sea (atracar bancos) para sacar adelante a su hijo. En el cruce le espera el policía Bradley Cooper (Avery) y su historia de corrupción policial. Hasta que 15 años después llega el segundo cruce cuando los hijos de Luke y Avery se conocen.
Una historia acerca de la paternidad y la filiación. Algo que se repite con variaciones infinitas. Generación tras generación. Tiene puntos muy sugerentes y, como digo, sin gritos ni desmanes.
Le quito de la lista negra y le seguiré en una ocasión futura.