Luego se convirtió en una película de culto.
Tron: Legacy es una segunda parte remozada. El hijo busca al padre y los dos acaban dentro de la red. Extremadamente pulcra, visualmente impecable, sorprendente en la unión de la alta definición y el 3D, nitidez acongojante y todas esas luces presentadas de un modo como nunca las habíamos visto.
Pero la mitad del valor de esta película está en su banda sonora. Es Disney y, mientras hay por ahí un tío haciendo el gamba bailando con un bastón o el protagonista grita como un crío porque ha abatido a una nave, la banda sonora nos lleva a la estratosfera, jugando en una división superior. Sonidos electrónicos, épicos, grandiosos, imponentes, rítmicos y, al mismo tiempo, con resonancias clásicas. Una auténtica maravilla. Como si los compositores (Daft Punk) nos estuviesen diciendo:
-Sugerimos hacer algo tan bueno como Blade Runner pero no nos han dejado.
No hay comentarios:
Publicar un comentario