Sin embargo, si un día me da por elaborar un lista con las 10 películas que más odio, estoy seguro que ahí aparecerá Danzad, danzad, malditos. Advierto que no la considero mala película desde el punto de vista técnico. Incluso entiendo el mensaje que Sidney Pollack intenta transmitir y transmite.
Se me podría argüir que la detesto por algunos de los aspectos de la trama, las demenciales carreras eliminatorias, el maratón de baile en sí o el desquiciado e inhumano final.
De verdad: empecé a odiarla desde los primeros planos, el caballo galopando y el niño corriendo en cámara lenta; la odié por esos flashforward que destrozan por completo la historia y la odié por supuesto, porque me parece un ejemplo extraordinario de vulgaridad y mal gusto.
¡Eso sí es torturar! ¡Cuánto tienen que aprender de ella los supuestos maestros del gore actual!
6 comentarios:
oyeee, podías haber dejado mi entrada la primera durante unos cuantos días... que casi no me había dado tiempo a verla...
Egocentrica
Gracias b3lisario.
Yo no sabía como decírselo.
si acaso blogocentrica...
y ahora... podías actualizar ya! que esta entrada lleva dos días
Es verdad. Es que he tenido un día 21 muy complicado. De hecho, si no hubiese publicado el 20 habrían sido 3 días sin actualizar.
Me gusta lo de blogocéntrica.
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