Realmente, ¿a alguien le importa un bledo?
No es como en Francia. Allí entró hace poco la policía en un cine porque había un bebé de 2 años y 8 meses en una película para mayores de 3 años. Los padres (y el bebé) tuvieron que irse a otro cine. Y tuvieron que mentir sobre la edad del bebé. Están locos estos franceses.
Pero aquí siguen siendo meramente orientativas y la única obligación de los cines es indicarlo. Luego, cada uno sigue entrando donde le da gana.
Protesta la CONCAPA porque considera que tiene derecho a decidir sobre el tema. ¿Por qué y qué más les da?
La pregunta que nadie se atreve a plantear sería: ¿Quién es el Gobierno para decidir sobre la calificación de una película? ¿No quedamos en que no había censura?
Si, después de todo, decidimos que sí hay censura, sentémonos a hablar de qué censuramos y qué no. Aunque sea una censura optativa.
No dirás que no es divertido este país.
2 comentarios:
Muy divertido, estaba en EEUU con la tierna edad de 16 años y tras haber visto Braveheart. Cuando comuniqué este hecho a los adolescentes de una fiesta me hicieron círculo boquiabiertos. A punto debieron estar de señalarme con el dedo y acusar '¡bruja, bruja!'
Y cuántas veces me mandaron a la cama cada vez que salían rombos... y como mucho echarían Falcon Crest.
No sería Salem, ¿no?
Publicar un comentario