5/1/07

Ella es el chico

Me dijo P. que debía ver Ella es el chico. Observé póster, fotos y resumen. No vi ninguna necesidad de gastar retina en ello. Tiempo después me preguntó si ya había visto la película. Sin lamentaciones, incluso con cierto orgullo intelectualoide, le dije que no. No tenía muy claro en qué género exacto debía enmarcarse aquella película: desmadre, adolescentes hormonados, comedia de instituto… La apariencia era la de un cruce entre American Pie, Quiero ser como Beckam y Devuélveme mi suerte. Pese a todo, por la insistencia, la vi. Bien, no encontré las virtudes que mi amigo vio a la cosa pero debo reconocer que me gustó de modo adecuado. Con el fondo descerebrado notablemente atenuado, tiene algunas ideas ocurrentes y unos cuantos gags divertidos. Y es que alguien tuvo la brillante idea de utilizar la trama de Noche de Reyes de Shakespeare y trasladar la acción a un instituto inglés. No habría estado mal readaptar también los diálogos pero imagino que a los productores les entró miedo de excederse en la culturización del ganado quinceañero.
Y otro detalle a tener en cuenta: la atención que se ha puesto en la gestualidad. Amanda Bynes, en su transformación, se ve obligada a modificar todo un repertorio de actitudes, comportamientos, jergas y posturitas que, al menos a mí, me hicieron pensar en lo distintos que somos hombres y mujeres incluso en el modo externo de expresarnos.

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