-Lo
imposible ocurre constantemente.
53
años después de la primera emisión de su primer episodio, la familia Robinson
vuelve a la televisión. Adaptada a los tiempos modernos, claro.
La
primera sorpresa es la presencia de Parker Posey, estupenda en su papel de
maquiavélica villana de la función. Otra sorpresa fue que, si el año pasado descubríamos en The Expanse que las colonias del
sistema solar bebían Lagavulin, ahora descubrimos que lo hacen en toda la
galaxia y parte del extranjero.
No
está mal pero creo que, para ser una serie de aventuras, no hay suficientes
aventuras o, mejor dicho, duran poco. Porque material hay: la villana, el robot
alienígena, las anguilas, los dinosaurios, los terremotos… Hay muchas
peripecias, pero parece que los guionistas tuvieran prisa por deshacerse de
ellas cuanto antes para pasar a los repetitivos rollos de los conflictos-reconciliaciones
familiares.
Justo
lo contrario a lo que haría cualquier serie de acción. Que es lo que debería
ser. No tengo nada en contra de que profundicen en los dramas familiares. Pero
ya que estos son tan pesaditos y simples, deberían haber prolongado la acción,
convertirlo en una huida continua o la persecución incesante de un objetivo.
Es
bastante entretenida y algunos capítulos tienen su tensión. Y se agradece una
serie familiar tan blanca entre tantas series para adultos. Pero deben afinar
un poquito más para la próxima temporada.
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