No
hablaré de los estrenos en cine de esta semana. Ninguno me interesa. Así que
voy a ponerme al día con cosas pendientes. O a intentar ponerme al día.
Al
igual que Thelma, empieza muy
bien. Al igual que Thelma, no
sabe cuál es su objetivo. Al igual que Thelma,
vive de las rentas de unas pocas escenas poderosas. Y, al igual que en Thelma hay un director que tiene
algo que contar pero no sabe hacerlo.
Los
géneros tienen una razón de ser y violentar sus reglas sólo funciona si eres un
genio. Si quieres hacer una de superhéroes con crítica social adelante. Si
quieres hacer una crítica con un superhéroe adelante. Pero no uses un género
como excusa para vender otro género porque entonces se dan de bofetadas.
Por
otra parte me parece que últimamente hay demasiados vendedores de humo,
pseudo-intelectuales tratando de aparentar más: madre!, A Ghost Story, Thelma, Jupiter’s Moon… El hecho de que
muchos babeen con estas películas no indica nada acerca de su calidad mediocre.
O quizá si indica mucho: la ausencia de un pensamiento sólido detrás.
Inmigrantes
sirios ilegales. Uno de ellos, un chico, en la frontera, recibe tres balazos. Y
desarrolla superpoderes de levitación.
Y
mucho travelling y mucha cámara al
hombro y buenos efectos pero se le olvida lo más importante. Los personajes. Sólo
interesa ese médico corrupto e impresentable.
La
trama no son más que anécdotas en un pesadísimo vagabundeo.
Esa
cita inicial acerca de Europa, la luna de Júpiter, es otra pedantería más sin
relación alguna con la historia. No busques la metáfora. El neorrealismo italiano ya pasó, así que
esta película húngara llega con unos 70 años de retraso.
El
cierre final sí es bueno. Bastante mejor que el capricho de Thelma.
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