Como ocurre en muchas ocasiones (cada vez
más), lo mejor de esta película está en los créditos iniciales. Unas buenas
viñetas que te cuentan una historia previa. Música e imagen. Sin más. Si
quieres molestarte, sacarás conclusiones. Eso debería ser el cine.
La peli capta bien la personalidad de ese
niño, una hormiga en el hormiguero. Son clichés pero tratados con ingenio. Y
entonces le pica una hormiga, adquiere superpoderes y su amigo, el friqui de
los cómics, le ayuda a descubrir lo que puede hacer. Está la chica y está el
supervillano: Pulga.
Parodia de Spider-man en línea infantil. Tiene algunas cosas majas: el
momento de miccionar (el ácido fórmico en acción) es de traca. Y me encantó el
muro de investigación con fotos en la pared.
Eso sí: se pasan tres pueblos con la cámara
lenta en una peli que necesitaba mucho ritmo y los efectos especiales son
cutres, muy cutres. No está mal para peques pero la propuesta debió dar más de
sí.
-Ya no soy sólo Pelle. Soy algo más. Soy
Antboy.
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