19/6/10

Dos hermanos

Como todas las películas de Daniel Burman, Dos hermanos me deja bastante frío.
Como en todas las películas de Burman hay un personaje femenino, inolvidable.
Esta vez se llama Susana y está interpretado por Graciela Borges de forma impresionante. Cada vez que Susana aparece en escena sabes que te va a hacer pasar vegüenza ajena poniéndose en ridículo. Seguiremos a este personaje patético en sus trapicheos inmobiliarios, en fiestas ajenas en las que escamoteará canapés y champán, en la lectura de la correspondencia de los vecinos... Y, puestos a beber, tumbaría a Humphrey Bogart.
De fondo, Edipo rey para explicar las cicatrices sentimentales de los dos hermanos.
Burman más que películas, filma documentales de sentimientos. Y, como documental, la apariencia es de una enorme naturalidad: frases hechas, cortadas, trabadas, repetidas... Hay mucho trabajo ahí detrás para que todo parezca espontáneo.
El problema con sus documentales de sentimientos es que no encuentran el ritmo adecuado.
Al final, en los títulos de crédito, hay fragmentos de una representación teatral de Edipo rey en versión claqué y con colores de champán. Es una pena que no haya más de eso.

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