8/4/10

Snake eyes

Impresionante el plano secuencia inicial de 10 minutos aunque tenga alguna trampa. Muy lograda la estampida humana tras el tiroteo en el combate de boxeo. Genial ese montaje de flash back para observar las cosas desde varios puntos de vista.
Brian de Palma demostró, de nuevo, que es el tío de la clase que mejor copia. Pero el cine es algo más que mover bien la cámara. Echar un vistazo al examen del colega que tienes al lado te sirve para aprobar el examen. Pero eso no te hace más sabio ni más inteligente.
Uno de los problemas de Snake eyes es, obviamente, Nicolas Cage. Menudo desfase hiperactivo. Incluso en la escena en que le dan una paliza y le dejan destrozado es histriónico. La forma de moverse, cojeando, trastabillando, vacilando, es imposible creérsela. No puede ser que alguien con tres costillas rotas vaya por ahí, estrellándose alegremente contra las paredes.
Pero el problema grave es ese final. Después de que de Palma se haya esmerado en una planificación perfecta, deja el clímax final en una confusión, haciendo coincidir varios elementos casuales. Imposible aclararse de qué es lo que ha pasado realmente. La poli, la bola, Cage entrando en el refugio de Carla Gugino, Gary Sinise detrás...
¿No podían haberlo arreglado con unos tiros?
Y, bueno, no entiendo el final de los títulos de crédito. Supongo que es una metáfora que tiene que ver con la historieta del faro y los piratas, pero me deja indiferente.

2 comentarios:

edp dijo...

De Snake eyes creo que sólo me gustó lo de las diferentes focalizaciones para reconstruir lo que sucedía durante el combate. No está tan mal el pobre Nicolas Cage, hombre. Mira que no puedes ni ver a los italoamericanos...

Individuo Kane dijo...

Eso no es del todo cierto. Hay por ahí un tipo que se llama Quentin Tarantino que me gusta bastante. Aunque es en parte italiano y en parte irlandés.