30/9/09

Decálogo, seis. Kieslowski.

Junto con Decálogo, cuatro, el Decálogo, seis me parece el menos sutil.
Una actualización a los tiempos modernos de la historia de David y Betsabé cruzada con La ventana indiscreta.
El oficio mirón de tiene sus cosas. No se puede decir que el mirón sea un ejemplo para nadie pero, claro, al otro lado hay alguien que deja las cortinas abiertas y la luz encendida. En cualquier caso, está claro que el mirón tiene todas las papeletas para enamorarse de la persona inadecuada.
Sexo, amor. Cinismo, ingenuidad.
Ese solitario en la mesa, a medio hacer, creo que dice mucho.
Lo del péndulo no acabo de pillarlo: ¿una simple manía de ella?

29/9/09

El secreto de sus ojos

Vemos la investigación de Benjamín e Irene pero lo que Campanella investiga es su historia de amor. Una trama policiaca entrelazada con una historia romántica. Ambos asuntos parecían muertos hace 25 años. Pero aún viven y respiran y dan coletazos. Y es ahora cuando las respuestas a todo ello se resolverán.
Hay cosas duras en esta película. Algunas, en mi opinión, un tanto gratuitas. Pero está también ese humor argentino, tan cotidiano, tan fluido, tan natural que ilumina algunos momentos con un aura de parodia. Sobre todo ese intento de Benjamín y su colega Sandoval de hacerse los detectives privados.
El conjunto es muy agradable, con giros de guión, sorpresas y mucha humanidad.
Y, como ya sabes lo mucho que me gustan los planos secuencia, tengo que citar el que Campanella se saca de la manga: asombroso, magistral, deslumbrante. Plano aéreo nocturno de Buenos Aires, aproximación al campo de fútbol, giro para ofrecernos un tiro al larguero, ascenso por las gradas hasta encontrar a Benjamín, correrías por entre la gente para coger al asesino, gol, el asesino se suelta aprovechando el barullo, carreras por los vestuarios. Es imposible hacer eso de un tirón pero consigue que no se vean los cambios de cámara. Flipante.
Ricardo Darín y Soledad Villamil están espléndidos. Me parece muy injusto que no premiaran esta película en San Sebastián y cedieran, una vez más, a cuestiones extracinematográficas, a lo políticamente correcto.

28/9/09

Decálogo, cinco. Kieslowski.

Este capítulo dedicado al no matarás creo que quiere expresar una espiral de violencia con distinta responsabilidad moral.
El taxista asesinado es bastante impresentable. Sus actos van deliberadamente encaminados a fastidiar a todo con el que se cruza.
Sin embargo, tiene menos imaginación que su asesino, un macarra capullo cuyas gamberradas suben de grado. Bastante impactante el asesinato en tres fases.
Después viene la pena de muerte que, Kieslowski, inmerso aún en la tiranía de la Unión Soviética, observa, por medio del abogado, como un asesinato de Estado.
Y el abogado acaba odiando... ¿qué? ¿A Dios? ¿Al Estado? ¿El Derecho? ¿Al asesino por haberle conmovido de esa manera?
Lo mejor es la escena con las fotografías de primera comunión, contemplándolas al otro lado del cristal, al otro lado del crimen. La inocencia que tuvimos alguna vez.

27/9/09

¡El soplón!

La historia de un tipo que decide denunciar las prácticas ilegales de su empresa. Un hombre honrado, un héroe.
Y, ya de paso, aprovecha para creerse una especie de James Bond, robar y mentir. Resulta que la maraña de trolas acabará por creérsela él mismo.
La cosa, dicen, no se separa mucho de la vida del auténtico Mark Whitacre por lo que algunos aspectos, el de la orfandad por ejemplo, llegan a ser surrealistas.
Soderbergh aprovecha eso, el surrealismo, lo increíble de esta historia de un mentiroso, para convertirlo en comedia. En vez de construir un drama como El precio de la verdad, fabrica una farsa alucinante, pesadita al principio, mejorando el ritmo después.
Matt Damon con barriga, de entrada, ya tiene su gracia.

26/9/09

Los sustitutos

Jonathan Mostow demostró con Terminator 3 una increíble capacidad para destrozar una de las mejores sagas de ciencia-ficción. Y, en mi opinión, con Los sustitutos, vuelve a machacar un buen guión.
Me parece sugerente la importancia de la corporeidad, el físico, la carnalidad. El cuerpo humano es importante para las relaciones humanas. Incomoda mucho ese mundo de perfección robótica, maquillaje sintético, asepsia despersonalizada, limpieza impoluta. Bruce Willis se muere de ganas por tocar de nuevo a su esposa, arrugada e imperfecta. Pero viva, al fin y al cabo.
La arruga es bella.
O lo habría sido en manos de un director más avispado. Están bien las persecuciones, los saltos de los sustis, el destrozo urbano habitual. Pero debería haber habido drama: la soledad de los sedentarios, el ansia y deseos de Bruce Willis, la vuelta de la gente a las calles, el redescubrimiento de un paseo... Todo eso está apuntado e inmediatamente rechazado.
Entretiene más por lo que podría haber sido que por lo que es.
Ah. Otra cosa. El tal Mostow se permite el lujo de escamotearnos lo mejor de Willis: su sarcasmo. Y mira que había ocasiones.

25/9/09

Full Metal Alchemist (2003)

Mi proyecto era verla durante las vacaciones de verano. Me ha llevado algo más de lo previsto. Otras cosas se van anteponiendo y parece que para el anime siempre habrá tiempo. Reconozco que es una de las mejores (o quizá la mejor) serie anime que he visto.
No sé cómo la habrán tuneado en la nueva versión de 2009. Desde luego se pueden condensar y clarificar muchas cosas en un guión que, claramente, en ocasiones funcionaba de un modo un tanto errático.
Pese a ello, creo que sólo eché en falta al personaje de la ladrona. Los hermanos Elric se la cruzan en el camino en los primeros capítulos y no se vuelve a saber de ella. Eso no pasa con ningún otro personaje.
Aunque hay muchos personajes secundarios que son bastante tópicos, en cuanto alcanzan el status de personaje principal adquieren fuerza. Especialmente me encantó Edward Elric, un carácter complejo, con las debilidades de un chiquillo (sus divertidísimos arrebatos de furia) y la madurez de un adulto. Quiere hacer cosas buenas, a veces las hace malas; quiere reparar los errores, muchas veces empeora la situación; quiere hacer el bien a los demás, muchas veces los daña.
Y, mientras, durante el verano, me iba encontrando con gente que me animaba a acabar de verla cuanto antes: desde un ingeniero informático de Albacete a una historiadora del arte japonesa.

24/9/09

Gregory House

Dice Hugh Laurie que con 50 años ya no está para estos trotes. Lo de hacerse el cojo. Según afirma, fingir la cojera en House le está perjudicando físicamente, dañando sus caderas y rodillas. Por eso, ha exigido que los guionistas busquen el modo adecuado de hacerle perder la cojera.
Y, si no, se va.
400.000 dólares por capítulo son unos 9 millones de dólares al año.
No estoy a favor ni en contra. Como la serie no ha conseguido engancharme me da igual lo que hagan. Quiero decir: unos cuántos capítulos tienen su gracia, pero ¿¡seis temporadas!?
Sea como fuere me suena a publicidad. La 6ª temporada empezó el lunes pasado. Supongo que podía haber comunicado a la prensa los problemas de salud en cualquier momento. Sólo que ahora es el momento oportuno.

23/9/09

Decálogo, cuatro. Kieslowski.

El cuento del Rey Caramelo y su corte de dulces.
Se me hace un poco raro que el tema de honrar a los padres se aborde desde una perspectiva freudiana del complejo de Edipo, del de Yocasta o de los dos a la vez.
Interesante en su fondo aunque, para lograr ese grado de intensidad acerca de la relación paterno-filial, precisa de un artificio formal inverosímil.
De todos modos, el tema de la carta para abrir después de la muerte, el secreto que cambia la vida, culmina ejemplarmente. Quiero decir que, todos aquellos que fliparon con la frase secreta que Bill Murray susurraba a Scarlett Johansson en Lost in traslation deberían ver esto.
A la chica, desde luego, le vendrían bien un mes a pan y agua. Vaya bromita.

22/9/09

Decálogo, tres. Kieslowski.

Navidad, Navidad. Santa Claus, los regalos, la misa del gallo, los niños, la mujer, la familia y... la amante.
Una pequeña road movie por Varsovia mientras deberían estar santificando las fiestas. O quizá es así como lo hacen.
Hay de todo en menos de una hora: asilos, hospitales, centros de recogida de alcohólicos (como eran en un país del Este antes de la caída de la URSS, más parecidos a cámaras de tortura, a manicomio de película de terror), estaciones de trenes, suspense entorno a una maquinilla de afeitar, persecuciones en coche...
Y una empleada de seguridad de la estación, la que controla las cámaras, correteando en monopatín para no dormirse, para sobrellevar la Nochebuena. Graciosísima.

21/9/09

Flores negras

Unas imágenes en blanco y negro, otras en color, sin que se sepa el porqué.
Un reparto internacional en el que la gente no interpreta, necesariamente, a gente de su país.
Una trama de fugas y capturas tratada a ritmo de drama.
Un fondo de drama sin tratar.
Una película en la que, en fin, vale, lo han intentado, pero no es suficiente. Eduard Fernández es el amigo fidelísimo, de pronto el traidor, luego otra vez un colega. Marta Etura es la hija adoptada encantada consigo misma y con su padre, luego le entran dudas, luego más.
El final sacude un giro psicológico e ilógico a los personajes. Algo así como si dijesen: esto es una peli española y no puede acabar bien, tenemos que dar un toque negativo. Y no hay quién entienda por qué los personajes se comportan como lo hacen.
Al director, David Carreras, yo le veo maña. Si se decide a hacer algo normal es probable que triunfe. Pero en este país hacemos cosas tan raritas que no sirven ni para entretener.

20/9/09

Decálogo, dos. Kieslowski

No tomarás el nombre de Dios en vano.
Nunca me había parado a considerar las cuestiones de la vida y de la muerte desde este punto de vista. Lo lógico es asociarlas al no matarás. Aquí todos creen que pueden decidir sobre el futuro, sobre la vida y la muerte, que pueden jugar a ser Dios: los médicos, la mujer, el amante... Todos plantean condicionales de efectos inevitables: si vive... si muere... Y dependiendo de esos condicionales suponen que las cosas saldrán como desean.
Pero no les sirve de nada. La vida tiene otros planes.
Me gustó ese primer plano de la mosca luchando por sobrevivir, en paralelo con la del enfermo, aferrada a la pajita que le posibilita salir del líquido.

19/9/09

Malditos bastardos

Siendo de Tarantino, obviamente, es peculiar.
Su estructura en capítulos no es meramente una sucesión. Son casi cortometrajes que podrían funcionar aisladamente. Cada uno tiene su tempo propio, un ritmo distinto.
Es un juguete, una gansada, un cómic. Pero terriblemente bien hecho. No me ha subyugado tanto como lo hiciera Kill Bill pero sirve para demostrar que nadie sabe tanto cine como él. Preciosas todas esas escenas sobre el cine, alrededor del cine, el hall del cine, la calle del cine, los diálogos sobre Riefenstahl, sobre Pabst, los carteles, la cabina de proyección, su lección sobre el celuloide (una voz en off que aparece ahí de repente)... Pero también maravilloso cómo lo planifica, los colores que usa...
Bueno, basta con ver el inicio. A ver cuántos directores se atreverían a empezar su película con un diálogo entre dos tipos de 25 minutos. En realidad, casi, un monólogo, porque el otro está bastante aconejado.
Y la escena de la taberna. Charlas insustanciales, jueguecitos de adivinar el personaje y el espectador pensando en cómo diablos va a acabar todo aquello. Y, claro, acaba con un tiroteo rápido y fabuloso.
Dicen que si Brad Pitt esto y aquello... Pues es verdad que no es uno de sus papeles memorables (El club de la lucha, Snatch, cerdos y diamantes, Doce monos) pero ya les gustaría a muchos manejarse con la fluidez con que se maneja aquí.
-Para estar en el Carnegie Hall hay que practicar mucho.

17/9/09

Decálogo, uno. Kieslowski.

Todo se puede medir. Todo es cuantificable. No es necesario el alma.
Es imposible que ese tintero se resquebraje y vierta la tinta, que ese lago helado se rompa y un niño muera, que en ese cuadro de la Virgen se rompan los lacrimales y llore, que el ordenador se encienda y comunique que está listo.
Y ahí anda Kieslowski. Buscando el sentido de la vida: amarás a Dios sobre todas las cosas.
Al final queda el agua bendita congelada. Tan congelada como la imagen del niño en la televisión.

16/9/09

Y el Oscar es... para otro.

El baile de la victoria de Fernando Trueba.
Gordos de Daniel Sánchez Arévalo.
Mapa de los sonidos de Tokio de Isabel Coixet.
Nominaciones españolas para que vayan a batirse el cobre en los Oscar.
Lo tienen crudo.
No he visto ninguna, la verdad. En el caso de El baile de la victoria puedo alegar que ni siquiera se ha estranado. En diciembre podrá verla quien quiera.
Curioso.
Dos películas de autores consagrados que deberían dar buenos resultados y que no los están dando. Vas y las nominas, a ver si cuela y la gente empieza a ir al cine.
Ni Almodóvar (que ya no hay quien la rescate), ni Amenábar (se supone que se moverá sola en circuitos internacionales).
Las mejores críticas que he visto de Gordos y Mapa de los sonidos de Tokio las califican con un 6 sobre 10. La mayoría de los críticos las suspenden.
Y mientras tanto, los directores que quieren hacer algo distinto se largan a Hollywood.
Ya falta menos para que deje de hacerse cine en España.

13/9/09

School Rock Band

Otra de las cosas malas de Disney es que se creen tan buenos que se creen únicos. En sus películas hacen referencias, guiños y autoalusiones a sí mismos. Se miran el ombligo.
School Rock Band no va muy allá pero es muy superior a esas cursiladas de High School Musical, Hannah Montana o Camp Rock. Y es que no es de Disney. Es de Walden Media, unos tipos mínimamente capacitados para mirar a su alrededor y ver que existe más gente. No sólo hacen un musical sino que demuestran que aman la música. Y hablan de DBGC, U2, Ramones, Velvet...
A decir verdad está más cerca de School of Rock que de Disney. De hecho, el final es un plagio. Pero mucho mejor así. Vanessa Hudgens actúa mejor en 5 minutos cualquiera, escogidos al azar, de School Rock Band que en toda la trilogía de High School Musical. Además está por ahí Lisa Kudrow, tan divertida como en sus mejores tiempos, y hasta hay un cameo de David Bowie.
En fin. Es de consumo rápido pero es una lección para Disney* de cómo se debería hacer cine.
__________
*Por cierto: eso de que Disney haya comprado a Marvel me pone los pelos de punta. En breve veremos a Spider-Man salvando a Hannah Montana en algún concierto.

11/9/09

District 9: La patera de las galaxias

Hay muchas cosas que me gustan de esta película.
En cuanto al fondo es interesante el palo que da a la inutilidad de la ONU, la ineptitud de sus funcionarios, el control de la natalidad en países subdesarrollados, la manipulación genética, los intereses económicos de las grandes multinacionales y gobiernos, el compadreo con el tráfico de armas, la manipulación de los medios de comunicación... Hacemos de todo menos ir a la raíz, a la causa: ¿cómo podemos actuar para mejorar la vida de esta pobre gente? Un análisis geopolítico que tiene su validez.
En cuanto a la forma es genial el modo en que se imbrican el hiperrealismo documental y la ciencia-ficción. Sobre todo su ironía sobre el documental y el periodismo reality show. Los comentarios de los periodistas son tan auténticos como estúpidos.
Y, en medio de todo ese tinglado, un funcionario. No podemos identificarnos del todo con él porque en el fondo es un calzonazos. Pero, por otra parte, es lo que tenemos. ¿Quizá es a lo máximo que puede aspirar la raza humana?
Dicho todo esto: no es una de las grandes. No es una obra maestra. Aunque sí que está bastante por encima de la media. Sugerente y original. Pero no rompedora.
Muy bonito el plano final.

9/9/09

Mad Men

Éste es un comentario muy parcial pues sólo he visto los 3 primeros capítulos.
El tercer capítulo es como una bebida con demasiada tónica y demasiado hielo: muy amargo y muy frío. Incómodo. Me dejó con una desazón similar a la que me dejó Revolutionary Road. Sólo que Marriage of Figaro me parece muy superior.
Es el cumpleños de la niña. Ella está feliz por la casita, la fiesta y el perrito. No percibe la brutal anormalidad que reina en el mundo de los adultos, la frivolidad de los hombres, las pullas de las mujeres, el engaño de todos ellos.
Desde otra perspectiva, creo que el cine (y la televisión) estadounidense se está excediendo con la crítica a su sueño americano, a los felices años de postguerra. Cuando revisitan los 50 y los 60 tienden a mostrar una mirada de cinismo salvaje. Quizá me equivoco, pero no me parece que se corresponda con la realidad. Es como si les remordiese la conciencia por haber sido felices y buscasen indemostrables secretos de corrupción en la vida cotidiana de las gentes. Puritanismo, se llama.
Seguiré viendo Mad Men. En pequeñas dosis. Es muy buena serie. Muy buena y muy tóxica.

8/9/09

Gamer

Género: diarrea mental.
Estilo: cámara lisérgica al hombro.
Forma de expresión: primaria.
La peli es una granizada de tiros y guantadas que se detiene en dos ocasiones. En esos momentos en que hay que usar el diálogo, se pretende hacer filosofía acerca de la naturaleza humana, la libertad, la manipulación genética, el sistema de seguridad social, el control de las masas, los medios de comunicación, la vida, el Universo y todo lo demás.
Matrix, Death Race, Crank... Una mezcla heterogénea y sin sentido, posiblemente el único modo de explicar un final que exigía pies de plomo y que carece de lógica alguna. Podía habérselo perdonado casi todo. Pero esas escenas de cierre, calco de Blade Runner... La gente es que no tiene vergüenza.
De todos modos le doy un punto más de lo que merece porque dura 80 minutos de tiempo real. Siempre es agradable encontrarse a gente que se conoce bien a sí misma. ¿Estamos haciendo una chapucilla? No hagamos sufrir más de lo necesario.

7/9/09

Shorts: La piedra mágica

No es ésta, obviamente, una película para cinéfilos. Tengo mis dudas de que sea, en sentido estricto, una película para niños. Creo que es una película para niños cinéfilos, tipología de público que, mucho temo, no existe.
Robert Rodríguez intenta repetir el éxito que tuvo con Spy Kids, aquel divertimento simple y eficaz, pero se queda muy lejos de conseguirlo.
Hay mucha cinefilia detrás, referencias a Transformers, Big Fish, Viaje al centro de la Tierra, pelis medievales, futuristas y, quizá me paso especulando, pero me recordó en algunas cosas a Kill Bill (esa niña matona llamada Helvética Black).
Pero sobre todo, está esa estructura en episodios deconstruidos que siguen los anárquicos recuerdos del narrador: un chaval no muy metódico. Los capítulos vienen por este orden: 0, 2, 1, 4, 3, 5. Son cortos. Gags para contar historietas de un moco gigante o de unos cocodrilos escaladores. Lo que se dice gracia, me hicieron reír los ojipláticos.
Demasiada dinamita para tan poca mecha.

6/9/09

Frozen River

Le dije a David:
-No entiendo por qué pelis tan buenas como ésta tardan casi dos años en estrenarse y, en cambio, nos ponen tanta basura.
Él dijo como si lo tuviese preparado o asumido desde hacía tiempo.
-Es lógico. Ponen lo que la gente quiere.
Es posible. Pero me parece un modo bastante mezquino de desperdiciar el gusto, la libertad, el ocio o lo que se quiera ver tras ello.
Frozen River es un ejemplo de cómo se puede hacer una buena película con relativamente poco presupuesto. Personajes de carne y hueso, sin clichés, buen guión, evolución interesante de los personajes, momentos dramáticos...
Aunque al principio no está muy claro dónde quiere ir a parar la cosa, me encantaron las tres secuencias dramáticas del final: la Nochebuena, el enfrentamiento armado entre madre e hijo, el último pase de inmigrantes.
Cine indie de verdad.

5/9/09

Alyson Hannigan

Llevaba seis meses durmiendo mal.
Venga vueltas y vueltas.
Supongo que también te ha pasado. Una cosa que tienes en la punta de la lengua, que mosconea por las circunvoluciones del cerebro sin llegar a aposentarse.
Me pasó mientras veía Cómo conocí a vuestra madre. Apareció Alyson Hannigan (Lily) y me dije:
-Esta tía me suena un montón. ¿Dónde la he visto?
Pero en vez de acudir a internet y buscar en imdb decidí que tenía que salirme sólo, acordarme por mis propios medios.
Perdí sueño, el apetito, kilos, capacidad de concentración en el trabajo... Conectarme a internet era una tentación. Seis meses así, pensando dónde demonios había visto yo a la señora en cuestión.
Y ayer vi un par de capítulos Buffy Cazavampiros. Y allí estaba, claro, un montón de años menos pero las mismas muecas con la boca.
Muy graciosilla Alyson Hannigan.

4/9/09

Expediente 39

En las películas de encantadora criatura endemoniada el único aliciente está en saber si sobrevive la encantadora criatura endemoniada o la persona más cercana. Desde La profecía no hay más misterios dentro del subgénero. ¿El demoniejo o el padre/tutor/amigo/secuestrador?
En esta ocasión le toca cargar con el marrón a Renée Zellweger, un papel distinto a lo que hace habitualmente. No está mal.
Una vez aceptado que no habrá sorpresas, Expediente 39 mantiene bien la tensión y logra un par de buenas escenas: la del horno y la de las avispas. En general a la gente le gusta más la de las avispas. Yo me quedo con el horno. Está muy bien planificada.
Y a esperar a la siguiente.

3/9/09

Pequeños invasores

Estoy convencido de que Ashley Tisdale llegará a ser una grandísima actriz. Hay que ser muy osada para hacer el papel de la súper-hiper-mega-pija Sharpay de High School Musical y seguir saliendo a la calle sin temor a que te tiren piedras. Y, encima, conseguía ser el único personaje un poquitín interesante de toda la trilogía. Ahora, para que no se diga, se atreve con otro papel indefendible en Pequeños Invasores. Y lo defiende. En resumen: yo creo que puede tener futuro en el cine. Aunque, con 24 años, sería bueno que dejase de hacer papeles de quinceañera antes de que tenga que hacer directamente los de abuela. Lo que no me gustó nada de Pequeños Invasores es ese tío que parece discípulo de Jim Carrey. Con un Jim Carrey en el mundo ya tenemos más que de sobra.

2/9/09

Enemigos públicos

Me parece la película más sobrevalorada del año.
Recuerdo, como casi todo el mundo, aquel tiroteo de Heat, en la plaza, tras el atraco. Si aquello lo hace Schwarzeneger la gente habría hablado de cine palomitero, película de acción y despiporre general.
Pero como lo hacía Michael Mann...
Es curioso como este señor consigue vender lo imposible como si fuese creíble. No me parece mal y sigo quedándome con Collateral como lo mejor suyo. Pero discrepo de los excesivos halagos que se le dispensan.
Muy bonita la secuencia del bosque. Válida la escena de duelo intepretativo entre Johnny Depp y Christian Bale (como en Heat hicieran Al Pacino y Robert de Niro). Pero el conjunto no tiene fuerza, ni drama, ni garra, ni me llegó a entusiasmar.
O quizá es que John Dillinger no da para más. Al fin y al cabo es un atracador que aguanta sin que le pillen poco más de un año. No es gran cosa.

1/9/09

G. I. Joe

G. I. Joe me recuerda a esas series B de ciencia ficción en las que el centro de mando se coloca detrás de unas mesas con colorines y se mueven cuando parece haber habido una explosión, dicen ¡yujuuu! cuando ganan y, sobre todo, hablan muchísimo para la cámara.
G. I. Joe tiene muchísima pasta como para no necesitar esto y, sin embargo, es lo que más recuerda. Dennis Quaid, en su cuartel general, rodeado de tipos que gritan y aplauden mientras los protagonistas se parten la cara.
Me gustó la persecución en París, la destrucción de la torre Eiffel, de las calles y monumentos... Está claro que los yanquis se lo han pasado en grande destrozando la capital francesa.
Lo demás: puro relleno.
El final quiere ser como los finales de Star Wars pero, en realidad, se parece a Seaquest.
De todos modos, creo que he visto pocas películas que exijan menos a la coherencia del espectador: empezamos en el siglo XVII, usamos un traje invisible un par de veces, trajes aceleradores otro par de ellas, montamos misiles en coches, fabricamos una ciudad bajo el mar, desplazamos submarinos como si fuesen naves espaciales... Y nadie pide ni ofrece explicaciones.
Otra de Stephen Sommers.