8/12/08

Un gran día para ellas

Es una pena que Frances McDormand no se prodigue más.
Miss Pettigrew sería una digna acompañante de Mr. Jeeves, el mayordomo que inventó Wodehouse. Con su sentido común va solucionando los problemas que van surgiendo incesantemente.
Que McDormand se mueve en cualquier terreno con soltura lo demuestran escenas como la del puro. Cohibida, asustada, desbordada por la situación, sabe que tiene que reaccionar ante ese puro que ha quedado olvidado en un cenicero y que delata a su señora. Cómo lo toma con aplomo y lo enciende con seguridad, sin dejar de ser ella, es una delicia.
Al igual que en Ella es el partido, la película intenta recuperar el tono de las comedias clásicas. Lo intentan. Y por eso me tienen de su lado. Pero le falta, no sé, ritmo, alegría, energía, el gran momento de ingenio que cierra con un broche toda la historia.
Amy Adams hace muy bien de rubia tonta. Ya lo ha demostrado más veces. Quizá demasiadas. Alguien podría pensar que es connatural.
Liviana. No emociona pero tampoco pesa.

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