16/2/07

Kebab connection

La secuencia inicial promete que vas adentrarte en una nueva experiencia psicotrópica: peleas Matrix, sangre Tarantino, parodia de McDonalds...: artes marciales orientales realizadas por turcos inmigrantes en Alemania. ¿Quién da más?
Lo cierto es que la promesa se agota en sí misma. A los directores se les va la olla. La cosa queda en un agradecido intento con unos cuantos gags entretenidos que acaban por volverse aburridos cuando los estiran hasta el agotamiento.
Al mismo tiempo que el chico turco triunfa con su anuncio de kebabs, se entera de que su novia alemana está embarada. La película es una sucesión de (i)rreflexiones acerca de la paternidad. Surrealistas escenas de humor tratan de amenizar el metraje. Lo mejor: Nora Tschirner. La chica no necesita el histrionismo del resto de los intérpretes para expresar exactamente cómo se siente en cada momento. Por otra parte es el único personaje creíble, real y con un mínimo de sentido común.
El resultado habría quedado bastante maquillado si en la escena final se hubiesen esmerado en montar otra pelea Matrix-Tarantino-McDonalds.

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